por GEES, 12 de Julio de 2012
Alemania se resisti? pero no le queda m?s remedio que responsabilizarse de la Uni?n Europea. Las reformas cient?ficamente inapelables del por otra parte reprobable canciller Schr?der en la primera d?cada del siglo pusieron las bases consagradas luego en el Tratado de Lisboa modificando los equilibrios de poder a favor de la poblada Alemania. Hoy el poder econ?mico, a?n fr?gil, y el pol?tico coinciden en Europa. Estar en ella exige seguir el modelo germano.
Hab?a dos alternativas. Estaba Inglaterra, socio siempre cr?tico y volcado hacia el Atl?ntico. Sin embargo, Cameron, preocupado principalmente por distinguirse de Thatcher no acaba de cuajar. Sigue debati?ndose entre las f?rmulas liberales y las estatistas, con amplia intervenci?n monetaria de dudosos resultados y dependiente del gran hermano americano, a?n m?s perdido bajo el abogado del est?mulo Obama. La otra era una Europa con mayor dimensi?n francesa, pero la incapacidad y falta de voluntad de llevar la reforma a t?rmino por parte de Sarkozy concluy? con la victoria del arcaico Hollande. Este recuerda al peor Mitterrand sin que guarde ya Francia recursos para intervenir decisivamente en el tradicional eje franco-alem?n, responsable de casi todo lo bueno y lo malo de los cincuenta ?ltimos a?os.
Sofocada la soberan?a de los dem?s socios, divididos en la crisis inevitablemente entre los que aportan y los que reciben, el camino inexorablemente seguido es el marcado por Merkel. Siendo duro, los hay peores, y es promesa de recuperaci?n econ?mica, aunque no de ninguna otra.
El otro tono de Europa, resueltamente oscuro, lo proporciona la organizaci?n internacional encargada de la defensa de los derechos humanos, el Consejo de Europa. La decisi?n de su tribunal, que nada tiene que ver con la UE, de cuestionar la jurisprudencia espa?ola sobre el cumplimiento ?ntegro de las penas de los terroristas parece responder a una agenda pol?tica tributaria de la influencia de las llamadas fuerzas progresistas en estos organismos menores.
Lo positivo de Europa es la herencia de las fuerzas liberales y demo-cristianas que originaron el acuerdo original de paz entre las naciones, y luego de avance econ?mico. Lo negativo se identifica con la rencorosa izquierda antediluviana cuyas recetas econ?micas conden? la ca?da del Muro de Berl?n y la presente crisis ?O ya nadie recuerda que lo que nos trajo ac? fueron los planes E de Zapatero, su renuncia a reformar el "quiz?" mejor sistema financiero de la comunidad internacional y su alergia a la l?gica? Esas pol?ticas, a?n no enterradas, est?n siendo preteridas por el empuje alem?n y su reciente experiencia, parad?jicamente provocada por un socialdem?crata, pero ajena a la ideolog?a socialista. El otro legado izquierdista, m?s da?ino, es el moral ?ll?mesele as?? fundado en la comprensi?n del terrorismo marxista ??del que ETA y su entorno son el ep?tome? porque "luch?" contra la derecha. Debe combatirse jur?dicamente pero es a?n m?s importante derogarlo en el ?mbito de la opini?n p?blica. Espa?a lo hizo con ?xito hace poco, con el aval del mismo tribunal. Deber?a repetir.
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Source: http://www.gees.org/articulos/articulo_9370
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